MIS PALABRAS EN LA GUARDIA DE HONOR EN EL MONUMENTO AL ÁNGEL DE LA INDEPENDENCIA


Los pueblos siempre suelen recurrir a su historia para afirmar identidades, nacidas de tradiciones remotas, para sancionar el poder establecido, para respaldar con el prestigio del pasado, reivindicaciones del presente, para construir una patria o una nación fundada en el basamento del pasado compartido, o para darle sustento a proyectos disparados hacia la incertidumbre del futuro, como bien dice Florescano.

Conmemorar fechas no sólo debe ser un acto solemne para recordar un acontecimiento y nada más.
Por el contrario debe ser motivo de reflexión, de valorar nuestra historia, de conocer cómo es que hemos llegado hasta aquí. Si es el país que todos deseamos o tenemos que seguir luchando para hacerlo más nuestro y mejor.

Hace 202 años México inicio su lucha por ser una Nación libre. Mucha sangre y vidas costaron, pero la construcción de nuestro País no podía esperar, y es precisamente once años después, un 27 de septiembre de 1821, cuando México fue independiente de la colonia española.
Es importante recordar estas fechas por que marcan el nacimiento de una República, con sus poderes. De hombres y mujeres altamente inspirados en los enciclopedistas franceses, y en el federalista Hamilton, ideólogo y creador, entre otros, de la Constitución Norteamericana.

El siglo XIX vio nacer y crecer a una Nación. Dio origen al sistema político mexicano. 200 años después vemos como México avanza, la democracia se consolida y el futuro se vuelve más promisorio.

Un nuevo gobierno nos llena de optimismo, porque hay un proyecto de Nación. Combatir las injusticias, las desigualdades, la pobreza y generar más oportunidades, serán las prioridades de Enrique Peña Nieto.

En esta ceremonia solemne, ante este monumento del Ángel de la Independencia, orgullo de todos los mexicanos, los cenecistas refrendamos nuestro compromiso con nuestra historia, con las mejores causas de los campesinos de México y respaldamos a nuestro Presidente.
Con el liderazgo del Presidente Peña y con el trabajo y esfuerzo de todos, habremos de proyectar a nuestra Nación a niveles más altos de desarrollo humano y a volverlo más competitivo en el escenario mundial.

Recordemos siempre que la recuperación del pasado es una tarea colectiva y un proceso cambiante, dialéctico, no estático, producto de sucesivas y renovadas imágenes del pasado. Así es nuestra historia y así debemos verla para comprenderla mejor.

Sirvan estas breves palabras para recordar a nuestros hombres y mujeres, aquellos que dieron su vida por forjar y construir nuestra nación y que hoy nos interpelan para no bajar la guardia y continuar edificando este gran País que se llama México.

Muchas gracias.

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