En la Confederación Nacional Campesina nos pronunciamos por una reforma laboral en México que respete los principios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que deje satisfechos a todos y reactive económicamente al país con la generación de empleos.
La CNC coincide con el movimiento progresista del país y siempre ha mantenido alianzas estratégicas con la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) con la que nos une una amistad no solamente de compañeros sino también de lucha y en consecuencia vamos a ser congruentes con lo que hemos venido impulsando en una agenda común desde hace tiempo.
En la reforma laboral se busca salvaguardar a los jornaleros agrícolas y sus derechos, pero sobre todo lograr acuerdos, que fortalezcan no solamente a las organizaciones y a los trabajadores, sino también la generación de empleos y la reactivación económica de nuestro país.
Es importante que haya unidad, pues es importante deliberar una ley que, sin duda, afecta intereses y por eso tenemos que buscar que es lo que vamos a que privilegiar y cómo afectar lo menos posible a la clase trabajadora del país.
No considero que en esta materia los perredistas se vayan a ir al extremo. Pienso que tenemos una serie de instrumentos al interior de las Cámaras, que nos van a permitir deliberar, reflexionar, en torno a la viabilidad de la reforma laboral.
Tampoco tiene que ser una camisa de fuerza. Si no es suficiente el tiempo para llegar a los consensos, pues tampoco tenemos por qué aprobarla.
Se trabaja para ver qué es lo que se puede privilegiar y en dónde no hay acuerdos. En ese sentido nosotros también coincidimos con la clase trabajadora, de darle el tiempo suficiente que nos permita discutir y analizar de fondo una reforma que, entre otras cosas, pretende que sea un instrumento de reactivación económica para el país.
Con respecto a la urgencia que pide el gobierno federal para que se apruebe la reforma, considero que el presidente Felipe Calderón Hinojosa tuvo seis años para ir consensando, principalmente si se toma en consideración que para él su principal compromiso de campaña fue ser "el presidente del empleo” y cómo es posible que en los primeros cuatro años no haya mandado un solo proyecto cuando era su prioridad de gobierno.
Obviamente, ahora la manda como una iniciativa a bote pronto, en donde tenemos que aprobarla o desaprobarla. Entonces, si a Calderón Hinojosa seis años no le fueron suficientes para consensar una reforma laboral, para buscar acercamiento entre todos los que están involucrados, creo que en este momento su tiempo como presidente se le terminó.
Nosotros tenemos claro el compromiso de Enrique Peña Nieto como presidente electo, que hizo como candidato a lo largo y ancho del país, En ese sentido, llegamos a un poder legislativo federal, tanto senadores como diputados, con la película clara de que tenemos que responderle al pueblo de México y trabajar, sin duda, en coordinación con el presidente Enrique Peña Nieto.
Por eso si se necesita más tiempo para que la reforma se pueda consumar, se hará lo necesario. Lo importante es que ganemos todos y que salgamos unidos para afrontar los problemas que no son menores, que padecemos los mexicanos. Son problemas mayúsculos y, en consecuencia, requieren de mayor esfuerzo para dialogar y reflexionar los temas fundamentales de la nación.
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