LA REFORMA LABORAL DEBE DESARROLLAR AL PAÍS CON JUSTICIA PARA LOS TRABAJADORES


En la Confederación Nacional Campesina manifestamos hoy que con la reforma laboral se busca la salvaguarda de casi 3 millones de jornaleros agrícolas y que tengan mayores derechos, porque sólo se les toma en cuenta desde el punto de vista de la eventualidad y son los que menos beneficios reciben.

Considero que posiblemente la iniciativa del presidente Felipe Calderón Hinojosa será aprobada por el Congreso de la Unión con los cambios que obligadamente requiere, a fin de que no se anulen las conquistas históricas del movimiento obrero mexicano y que la nueva ley cumpla con el objetivo de desarrollar al país con justicia para los trabajadores.

En este sentido, la CNC aboga porque se modifique la Ley Federal del Trabajo en su título sexto, para adicionar los derechos de los jornaleros campesinos y trabajadores migratorios, defendiendo las obligaciones generales de las autoridades federales y locales en aspectos como el libre tránsito, el respeto a las garantías individuales, y la prestación de auxilio a dichos trabajadores.

La mayoría de los jornaleros son indígenas que son enganchados por polleros para que luego acuerden de manera verbal las percepciones
y las condiciones de trabajo con los llamados “cabos” de los centros de explotación, lo que deja a los patrones en libertad de incumplir lo ofrecido.
Así, la mayoría de los jornaleros no disfruta de prerrogativas como prima dominical, vacaciones pagadas, aguinaldo o reparto de utilidades y, por si fuera poco, se les imponen jornadas de trabajo que exceden el máximo de ocho horas que estipula la ley.

El estudio también puso en evidencia que en campos de cultivo de tabaco, frijol y jitomate persiste la inseguridad en las labores de fumigación, pues no se proporciona equipo adecuado para manejar agroquímicos, por lo que son constantes las intoxicaciones por contacto con herbicidas, pesticidas y plaguicidas.
En este marco, y de acuerdo con investigaciones, las mujeres jornaleras dividen su tiempo entre las labores domésticas y el trabajo en parcelas. Algunas están embarazadas, siguen laborando hasta los días previos al parto y retoman sus labores inmediatamente después de dar a luz.

La reforma laboral debe aprovecharse para que se castigue la explotación laboral infantil principalmente en el medio rural, pues muchos niños y adolescentes son obligados a trabajar en condiciones infrahumanas, al grado de que en la mayoría de los casos perciben alrededor 2 dólares al día, poco más de 20 pesos, por jornada de trabajo.

Lamento enormemente que millones de niños jornaleros agrícolas, de entre 6 y 14 años de edad, realicen sus actividades al margen de cualquier protección laboral, cuando aportan alrededor del 30 por ciento del ingreso familiar.
Además alrededor de 500 mil niños menores de 14 años de edad, que son jornaleros migrantes o que viven en algunas de las 98 mil localidades más apartadas del país, no pueden ser atendidos en las escuelas. Lo peor es que aún no encuentran la forma de cómo incorporarlos a la educación.
La explotación del trabajo infantil, fundamentalmente en el noroeste del país por las grandes empresas trasnacionales y productores privados es lo que ha hecho rentable la producción de frutas y hortalizas de exportación.

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