Mis palabras en la Ceremonia de Clausura del Congreso Nacional de la CNC “El Campo va a Cambiar”. Guanajuato, Gto. 28 de agosto


Guanajuato, escenario majestuoso, lleno de bellezas naturales, con un legado arquitectónico y cultural que nos enorgullece como mexicanos, tierra de la libertad y de grandes próceres y patrimonio de la humanidad, con emoción, trabajo, talento e imaginación de todas y todos ustedes, hemos realizado nuestro Congreso Nacional Cenecista “El Campo va a cambiar”

Hoy conmemoramos 74 años de que nacimos como organización de lucha en favor de las causas del campo y de los campesinos de México.

Hoy en este Congreso, hemos dado vida al pasado, para entender mejor el presente e iluminar la esperanza del futuro. Sabemos dónde estamos, que queremos y hacia donde queremos ir.

Con esta misma emoción, trabajo, esfuerzo y arrojo, fueron ustedes, delegadas y delegados de este Congreso Nacional, el gran ejército que con el voto “verde” fue parte fundamental del triunfo en la elección del 1° de julio y ver a nuestro líder Enrique Peña Nieto, como Presidente de la República.

Y como no iba a ser así, si el voto “verde” para nuestro candidato representó el 43% del total de los votos del campo; el cual creció en 92% con respecto a lo registrado en la elección del 2006. Esa es la pequeña gran diferencia.
Por eso nos llena de satisfacción y optimismo que a partir del primero de diciembre de este año, el destino de México será el de combate a la pobreza, a la injusticia, a la desigualdad y el miedo en que viven millones de compatriotas en el campo.

El futuro de la República hoy tiene más certeza que nunca. Rumbo es destino decía Colosio. Es la hora y el ahora de levantar y edificar nuestra Nación, que los malos gobiernos la han dejado maltrecha y seriamente dañada.
En un mundo donde los líderes políticos y sociales no figuran, hoy México ve con gran emoción como emerge un nuevo líder.

Un líder que los mexicanos vemos con confianza, que nos devuelve el ánimo, el optimismo, la esperanza y nos hace creer cada vez más en que sus promesas y propuestas serán una realidad.

Enrique Peña Nieto es ese líder, que con su visión, talento, formación pero sobre todo su gran amor por México, dirigirá la reconstrucción de nuestra Patria. Para eso ganamos el poder, para que sea un instrumento que no obstruya, sino que construya, que promueva el cambio y fortalezca la democracia.

Nuestro Presidente, como él lo ha dicho, necesita de todos nosotros, de los campesinos, obreros, empresarios, jóvenes, mujeres, madres, adultos mayores. De todos aquellos que nos hemos sentido agraviados por un gobierno insensible, corrupto, sin rumbo que ha hecho de México una desgracia.

Solo como ejemplo, la reciente sequía que vivió nuestro país en el campo, es una muestra de que a este gobierno nada lo conmueve, ni el infortunio de millones de campesinos, ni el respeto entre poderes, violentando incluso la Constitución, pues todavía a la fecha, con más de dos meses de retraso, el decreto por 15 mil millones de pesos de recursos extraordinarios para el campo, que aprobó la Cámara de Diputados, no ha sido publicado en el Diario Oficial, como lo mandata nuestra Ley Suprema.

Es un capricho y una necedad del Presidente de la República que los cenecistas repudiamos el no aprobar este mandato de la Cámara de Diputados.

Tampoco le hizo tomar concienciaque el Presidente Obama de Estados Unidos dispusiera, con autorización de la Cámara de Representantes, de más de 40 mil millones de pesos para atender la sequía en su país.
Esta incongruencia del Presidente Calderón ya empieza a hacer estragos por la falta de oferta de alimentos y la carestía que ya amenaza con desbordarse en los bienes básicos y que afecta a millones de mexicanos. Pero ya se van, que bueno que ya se van.

Nuestro Congreso, que hoy concluye, es una muestra de la importancia que para los cenecistas tiene abordar los grandes temas nacionales; son para enriquecer la agenda del futuro gobierno que encabezará Enrique Peña Nieto.
De nuestras reflexiones en las mesas de trabajo, y cuyas conclusiones, en breve, haremos llegar al Presidente de México, se ha destacado que es un imperativo categórico emprender las reformas estructurales que él ha planteado como un medio para establecer buenas políticas públicas, que se apliquen en el tiempo, a largo plazo, entre ellas: la Hacendaria Integral, la Laboral, la Energética, y la de Seguridad Social.

La necesidad urgente de vincular la política económica con la política social, así como generar un clima de certidumbre para que la gente crea que de verdad las cosas van a cambiar, que se combatirá el hambre y la desigualdad, es otra de nuestras aportaciones.

Un estado eficaz necesita de una economía que crezca, que impulse una reingeniería institucional para garantizar la seguridad social, que erradique la pobreza, que asegure una mejor distribución del ingreso, que saque al campo del atraso y estancamiento en que se encuentra y lo convierta en competitivo, productivo y se logre la seguridad alimentaria.

Esto será realidad, porque habremos de lograr los acuerdos y pactos necesarios, para que estas reformas se concreten.
Compañeras y compañeros Cenecistas.

Amigas y amigos de los medios de comunicación.
Amigos todos.

Como mexicanos, como cenecistas, como gentes del campo nos indigna que millones de compatriotas vivan con hambre y otros muchos más vivan con miedo. Ese no puede ser el destino de un gran país como el nuestro.

Transformar a México es ver en cada hombre y mujer, en cada joven, en cada madre, en nuestros padres, en nuestros abuelos, en nuestras comunidades, en nuestras familias, nuevos rostros de certidumbre, optimismo, alegría, felicidad y solo un líder sabe que con más educación de calidad, salud, seguridad social, empleo, desarrollo y competitividad lo podremos alcanzar.

Pero también entiende que para lograrlo no basta con ser un gobierno eficaz, sino cuenta con buenos instrumentos de gobierno. Esos instrumentos son las instituciones.

Esto lo sabe un estadista como Enrique que es demócrata, leal a las ideas que profesa, a las instituciones en las que cree, y que escucha a los millones de hombres y mujeres de México que confiamos en él. Por eso es el líder del siglo XXI que México ha estado esperando.

Los cenecistas somos leales a nuestra palabra, honramos los acuerdos y cumplimos nuestros compromisos.
Nuestro Presidente, siempre tendrá en nosotros, en nuestra organización, a sus grandes aliados. Hoy Somos gobierno, pero no somos del gobierno, ni somos el gobierno.

Nacimos como organización hace 74 años. En una época llena de retos y desafíos que forjaron los cimientos institucionales y de desarrollo de los que hoy somos como país. Hemos sido fieles a esa tradición histórica. Hoy cambian las circunstancias, pero no el carácter que nos ha forjado en más de siete décadas.

Por eso somos y seguiremos siendo una organización fuerte y autónoma. Por eso estamos aquí.
Si en nuestro presente vemos germinar el futuro del campo y de México, estamos obligados desde ahora, a construir un mejor presente, a poner por encima de todo la unidad y consenso de quienes piensan igual o diferente a nosotros.
En esa tarea seremos obcecados, tercos e intransigentes, recordando aquel “sin embargo” de Max Weber.
Nada podrá detenernos en reconstruir a nuestra Patria, porque es, como lo dijo alguna vez García Márquez “una ocasión propicia para empezar otra vez desde el principio y amar como nunca al país que merecemos para que nos merezca”.

Muchas Gracias.

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