En cuestión de crisis alimentaria, manifiesto que la que padece México tiende a ser permanente en caso de no darse un golpe de timón para fortalecer a los productores de granos, que de la incertidumbre pasan a la seguridad de que su situación va a cambiar con el próximo gobierno de Enrique Peña Nieto.
Acerca de la fuerte sequía que pega a la agricultura de los Estados Unidos, lo que ha reducido en 26 por ciento su producción de maíz, esto repercute ya en nuestro país con una nueva escalada de precios en los granos básicos, cereales, leguminosas, frutas, legumbres; carne y tortilla, que en algunos casos registran aumentos hasta del 35 por ciento con relación a principios de año.
Lo de Estados Unidos por supuesto que impacta en México porque somos un país que importa alimentos en gran escala, de ahí la insistencia de replantear la política pública y lograr la seguridad alimentaria.
Bajo este marco, considero absurda la postura de la Secretaría de Economía al decir que desconoce sobre la importación de 1 millón 300 mil toneladas de maíz estadounidense justo cuando su precio internacional se incrementó cerca de un 50 por ciento, cuando la dependencia que encabeza Bruno Ferrari no ha dejado de traicionar a los productores mexicanos pues también se ha comprado maíz a Sudáfrica, leche de Nueva Zelanda; huevo de Malasia y Colombia, así como frijol de Perú sin importarle que la producción nacional se eche a perder.
Es importante resaltar que no hay rentabilidad en el campo, ya que los pequeños productores se la pasan sobreviviendo y simplemente alimentan la esperanza en el siguiente ciclo agrícola, al carecer de alicientes que fortalezcan al sector primario nacional.
La sequía que se sufre en Estados Unidos indiscutiblemente que repercute en la economía de México porque nuestro país se ha convertido en importador de soya y maíz de Estados Unidos y, en consecuencia, cualquier otro indicio que se dé en cuanto al déficit tiene eco en la canasta básica de los mexicanos.
En cuanto a lo dicho recientemente por el titular de la SAGARPA, Francisco Mayorga Castañeda, en el sentido de que la sequía en México ya se acabó, tenemos que reconocer que no es cierto, porque si queremos construir bordos, abrevaderos, desazolve, hacer pozos profundos; estimular a los productores con tecnologías de punta, con un paquete tecnológico, y no hay los recursos para hacerlo, obviamente que no podemos disminuir el impacto de la sequía.
Es cierto que ya hay lluvias y que pueda haber retención de agua en las presas del país, lo cual aminora el efecto de la sequía, pero por supuesto que los efectos de la sequía no los vamos a resolver con estas lluvias, sino que van a durar varios años.
Lo que tenemos que hacer, es ir al encuentro de los compañeros que hoy están en esta crisis aguda. El problema de la sequía, como nosotros lo estamos sosteniendo con el gobierno de la República, no se puede resolver con recursos ordinarios, requerimos recursos extraordinarios y para eso justamente, en la Cámara de Diputados se aprobó un decreto que avala 15 mil millones de pesos adicionales a los aprobados en el Programa Especial Concurrente; apoyo que el gobierno se ha negado a dar.
Estoy en desacuerdo con el gobierno panista por apostar a una política de importaciones, cuando es más barato producir que comprar, además de que la demanda de los granos está creciendo a nivel internacional y el acceso a ellos es mucho más caro. Por ejemplo, el frijol ya no está en la canasta básica de Diconsa, porque fue sustituido por lenteja que casi en su totalidad es de importación.
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