Mi participación en la conmemoración del 93 aniversario luctuoso del General Emiliano Zapata Salazar. Axapusco, Edo. de México

Al triunfo del levantamiento de la Revolución con Madero a la cabeza, Zapata expresó “La victoria se acerca, la lucha toca a su fin. Se libran ya los últimos combates. Aguardamos la hora decisiva, el momento preciso en que los pueblos se hunden o se salvan, según el uso que hacen de la soberanía conquistada, esa soberanía por tanto tiempo arrebatada a nuestro pueblo”.
Palabras de Emiliano Zapata, del mayor ícono del imaginario colectivo, que para los campesinos de México y del mundo, significa luchar por la justicia en favor de los más desprotegidos.

Hoy a 93 años de que fuera arteramente asesinado, para los cenecistas y los campesinos de México, es muy importante recordarlo, no como un acto apologético, sino como aquel líder campesino que con su lucha logró plasmar en la Constitución, la reforma agraria y el reparto de tierras.
Hombre de principios firmes, radical en sus convicciones, intransigente en la negociación cuando no se incluye a los campesinos en los beneficios de la Revolución, como lo hizo en el Plan de Ayala y lo defendió con fuerza e imaginación en la Convención de Aguascalientes, inspirado en hombres de su tiempo como Ricardo Flores Magón y Otilio Montaño, entre otros.

Ahí está Zapata que hoy nos aguijonea para redoblar nuestra lucha a favor del campo mexicano, que hoy vive la peor tragedia de sequía, desde 1915.

Al borde de la crisis alimentaria y la hambruna que empieza a regarse como pólvora en algunas regiones del México, se pone en serio riesgo la soberanía alimentaria y seguridad nacional de todos los mexicanos.

Los campesinos hemos dado la lucha y la seguiremos dando desde diferentes trincheras, de ahí que todos debemos participar en la solución de una emergencia nacional, porque la falta de voluntad del gobierno federal, obliga a la solidaridad de quienes consideramos que las soluciones deben ser de mayor alcance e impacto social y humano.

Hoy los múltiples problemas que tiene todo México, exigen de los gobernantes estar a la altura de las grandes definiciones que se requieren para transformar al país, porque se nos está deshaciendo.

Como Zapata ayer, ya vemos a Enrique Peña Nieto como nuestro líder, como un hombre humilde, atento, que nos da confianza, que coadyuvará a superar estas adversidades, que nos devuelva el ánimo, el optimismo y nos hace no perder la esperanza de reconstruir a México y al campo mexicano. Ya te vemos Enrique como el Presidente de México.

Como un nuevo líder que emprenderá la gran hazaña de darle dirección y rumbo a la República. Un político que siempre esté dispuesto a intentar lo imposible para lograr lo posible.

Un hombre que sabe que la política es escuchar la voz del ciudadano, para que su demanda se convierta en programa factible, con nuevas políticas públicas y sobre ello rendir cuentas.

Por eso los cenecistas y el sector agrario del PRI, en este día tan memorable para nosotros, suscribimos cada uno de tus compromisos, los hacemos nuestros, porque un candidato como tu entiende que cambiar; significa asumir grandes retos para recuperar la paz y la libertad; que el país crezca y genere empleos; más y mejor educación para todos y recuperar nuestro prestigio y liderazgo en el mundo.

Necesitamos de nuestro candidato a la Presidencia de la República, esa tradición Republicana que dignifique a nuestro país y coloque a su gente en el lugar que se merecen.

Mandela, cuando se refería a la globalización, decía “la globalización es como el invierno, sabemos que va a llegar el invierno y para el invierno hay que prepararse”.

Esta manera sencilla de explicar la importancia de que tenemos que desarrollar nuestra economía y hacer más productivo al sector agropecuario y silvícola, para poder ser competitivos en el mundo y garantizar nuestra soberanía alimentaria, sólo lo entiende un verdadero un estadista, como Enrique Peña Nieto.

Un Presidente que como Mandela, sabe de nuestros problemas y desafíos y que por eso va agarrar el toro por los cuernos, porque no le teme a los retos, al igual que Emiliano Zapata.

En estos tiempos difíciles que vive nuestro País, con un Presidente que más se parece a un jefe de campaña, ocupado por reposicionar a los candidatos del PAN, es fundamental alzar la voz y denunciar cada una de sus “cortinas de humo”, como las del pasado 28 de marzo, donde su supuesto informe me hizo recordar al “patético y farsante Mago de Oz y su Ciudad Esmeralda, que sólo existía en su imaginación”.

Por el contrario y con mucho, vemos en ti Enrique, que hemos constatado tu entusiasmo y arrojo por realizar cosas grandes para México, como Ponciano Arriaga, Mariano Otero, Jesús Reyes Heroles, vemos al candidato para los mexicanos que responde con aciertos a las múltiples indefiniciones de gobierno y ausencia de esperanza ciudadana, donde hace falta, además, alimentar el espíritu para no claudicar en nuestra lucha de superar todas las adversidades, para colocarte en la Presidencia de México. Por eso estamos aquí y contigo.

Queremos que Enrique Peña Nieto, sea el nuevo Bismark no solo de México, sino de América Latina.
Para los cenecistas esta propuesta enriquece la nuestra que tú conoces, la Reforma Profunda al Campo. Los millones de Campesinos de México aquí representados, hacemos nuestro ese compromiso.

Para los adultos mayores del campo, contar con una pensión y servicio de salud que les pueda garantizar la atención y servicio médico, significa renovar la esperanza, el ánimo y la confianza en las instituciones y en su líder. Como lo hizo Bismark en la Alemania de finales del siglo XIX.

Lo mismo el Seguro del desempleo, que lo tienes como uno de tus grandes compromisos, también te lo festejamos y lo hacemos nuestro.

Estoy seguro de que con esto, se abren nuevas expectativas para los jóvenes de hoy, madres y padres que han sufrido los estragos del desempleo.

Estas medidas de políticas públicas la mayoría de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) los han impulsado.

Significa convertir el círculo vicioso de la contracción de la demanda, en círculo virtuoso que aumente la producción y consumo internos.

No hay secretos. Lo hizo Estados Unidos en la Crisis del 29; lo hizo también la Europa de la postguerra. Lo ha hecho Chile, Argentina después de las dictaduras militares, para coadyuvar a la reconstrucción de sus naciones.
Para los campesinos de México nos entusiasman estos planteamientos que has hecho, los apoyamos y los hacemos nuestros.

Sin embargo, para todo ello se necesitan recursos, recursos fiscales. No se trata de volver al Estado obeso o patrimonialista, sino hacer del Estado un Estado eficaz, como tú lo has planteado. Hoy nuestra disyuntiva es la construcción de un estado social y democrático de derecho.

Es necesario, además de la institucionalidad, el diálogo y los acuerdos que de ello se deriven, contar con mayorías en el Congreso.

La Reforma Hacendaria y Fiscal que has planteado, es fundamental para alcanzar estos grandes objetivos de cambio estructural que has trazado para México.

Somos de los países con una recaudación fiscal de las más bajas del mundo con apenas 9 o 10% del PIB y un gasto público que no rebasa el 20 o 21% del PIB. Así sería imposible alcanzar esos compromisos y objetivos que has asumido.
Recuerdo al Ex Presidente de Chile Ricardo Lagos cuando decía “hay que buscar un sistema institucional en donde el que gana tenga la mayoría en el Congreso. Es muy complejo que a un Mandatario que triunfó no se le den las herramientas, las mayorías necesarias para llevar a cabo su programa”.

Tú has defendido esas mayorías del Congreso. Incluso ya te has comprometido a llevar adelante una reforma política donde se contemple en la Cámara de Diputados, la disminución de cien diputados de representación proporcional.
En esta tarea, nos queda claro a las gentes del campo, que hay que trabajar a todo vapor, no sólo para llevarte a la Presidencia de la República, sino también llevar una nueva mayoría a la Cámara de Diputados y de Senadores, que lo lograremos con nuestro voto, para que se inicie la transformación estructural de México.

Luis Donaldo Colosio lo expresaba así “veo un campo con capacidad de reaccionar, de rendir frutos si se establecen y se arraigan los incentivos adecuados. Un campo con una gran vocación productiva; un campo que está llamado a jugar un papel decisivo en la nueva etapa de progreso para nuestro país”.

Eres Enrique, la gran esperanza de las familias mexicanas y de los campesinos de México. Es un gran reto que te toca asumir desde ahora. No puedes fallarle a esta inmensidad de gente dispuesta a jugársela contigo, dispuesta a recuperar a su comunidad, a su familia y a reconstruir nuestra Nación.

Como bien lo dices estimado candidato “nuestra generación tiene el reto de transformar el miedo en esperanza. No en una esperanza fantasiosa o ingenua, sino en una esperanza sustentada en los hechos, que está latente en la vida de los mexicanos”.

Confiamos en ti porque con el voto de todas y todos los mexicanos Enrique Peña Nieto será el Presidente que el pueblo de México está esperando.

Ese es el mejor homenaje que le podemos hacer a Emiliano Zapata.

Muchas gracias.

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