MI INTERVENCIÓN EN LA MARCHA NACIONAL PARA EL CAMBIO DEL RUMBO ECONÓMICO, POLÍTICO Y SOCIAL DEL PAÍS

Nada es tan pernicioso y dañino para un País, como el que sus gobernantes se conviertan en simples espectadores de las tragedias que vive su pueblo. Van 12 años de gobiernos panistas y tienen desecha a nuestra República.
No hay un sólo rincón de la acción gubernamental, que no tenga que ser objeto de una atención, que requiera cirugía mayor.

No sólo la pobreza ha aumentado, el desempleo se ha disparado, la inseguridad pública desbordada, sino que la inmensa mayoría de los ciudadanos, hemos entrado en un terreno muy peligroso y movedizo que es la falta de credibilidad y desconfianza que tenemos de las acciones de gobierno.

México está al borde del colapso. Esta administración federal se ha convertido en enemigo de los trabajadores, de los campesinos y de las clases medias.

Es un gobierno sin rumbo, sin brújula, perdido en la improvisación y las ocurrencias. De esa manera la gobernabilidad peligra y la estabilidad de la República se ve amenazada.

En poco tiempo, problemas políticos y de sobrevivencia de un amplio sector de trabajadores como los de Mexicana, electricistas, los de Cananea y que ahora se suman los de Taxco en Guerrero y Sombrerete en Zacatecas, sin contar a los campesinos que no han visto la suya y que hoy sus problemas se han terriblemente agudizado con las sequías, heladas e inundaciones.

Nosotros los de este Movimiento, no queremos que México se nos deshaga en las manos, que se resquebraje la vida institucional del país.

Por eso hemos demandado, desde siempre, utilizar la política como el instrumento fundamental para crear acuerdos, llegar a consensos para sumar esfuerzos y enfrentar los graves problemas que vive nuestro país. Con ello solucionarle los problemas a la gente. Para eso es la política y para eso se es gobierno.

Hemos propuesto mesas de diálogo con el Movimiento, con agendas claras y asumir los compromisos. Han sido oídos sordos, y escasa voluntad política para cumplir los acuerdos.

Desde el Congreso de la Unión- un espacio de contrapeso y desde el cual también se gobierna- hemos sido convidados de piedra, se nos ha marginado como una instancia de concertación, entre el Ejecutivo Federal y el Poder Legislativo.
Nosotros sabemos que los enfrentamientos, los antagonismos, sólo son consejeros para agudizar diferencias y enfilar el camino de la fractura nacional.

Eso es lo que quiere el gobierno para buscar chivos expiatorios y buscar culpables de sus ineficiencias, ignorancia y necedades.

Sabemos que este modelo de desarrollo está agotado. Que por este camino no hay futuro para el país, con serio riesgo de caer en movilizaciones radicales y en algunos casos sesgos de estallidos sociales.

Si a ello sumamos la actitud soberbia y reprobable que ha asumido la autoridad, el futuro que nos espera no es deseable. Eso nadie desea y a nadie conviene.

Esta marcha, que hoy concentra a miles de ciudadanos de todo el país y que movilizaciones similares se están llevando en las entidades federativas, es una alerta al gobierno de la República.

Po eso, demandamos del gobierno federal voluntad política. Voluntad de diálogo que privilegie consensos. Acuerdos y que los cumpla. Como el actual Programa Integral para la Atención a la Sequía, firmado hace una semana.

Como legisladores y como representante de organizaciones sociales, hemos insistido y mandado mensajes el gobierno Federal para tender puentes de entendimiento.

Lo hemos hecho con la firma del TLC con Perú; con el Presupuesto para el campo para el 2012; con decretos legislativos aprobados por la mayoría de la Cámara de Diputados para enfrentar los problemas de las sequías, heladas e inundaciones.

Creando mecanismos institucionales ex profeso en el Congreso de la Unión, como el Grupo Amplio de Trabajo para Darle Seguimiento y Evaluación al problema de la Sequía en México.

Este es un problema de la mayor importancia, que ya repercutió seriamente en los más necesitados, que son los productores de autoconsumo.

Al mismo tiempo la escasez de alimentos básicos y la escalada en el aumento de precios, ya está haciendo estragos en los estratos urbanos que consumen a diario estos bienes. La soberanía alimentaria y seguridad nacional, peligran hoy como nunca.

Es lamentable la insensibilidad del Gobierno de la República. No es con discursos elocuentes, buscando efectos mediáticos como se van a solucionar los graves problemas del País. La gente quiere alternativas y resultados a sus carencias. Quiere seguridad y certeza para su vida y la de su familia.

Esperamos que el Programa Integral para la Atención a la Sequía, no sea un programa más y se aplique con la urgencia que demanda la población afectada y facilite recobrar la normalidad productiva, que garantice la oferta y el abasto de bienes básicos suficientes a la población.

Compañeras y compañeros: 

Urge un cambio de rumbo del país y del modelo de desarrollo. Pero éste no será posible si no entendemos, que debemos contar con mecanismos que privilegien el entendimiento y haya voluntad política entre los actores.

Insistiremos una y otra vez, porque ese es el camino. Inaugurar una nueva vida institucional que refuerce el diálogo entre las diferentes fuerzas políticas, fortalezca la democracia, combata la desigualdad social.

Queremos que México recobre su unidad, no uniformidad. Queremos un México más fuerte y menos dependientes del exterior o de alternancias improvisadas que sólo buscan el poder por el poder mismo. Un México de libertades, de paz, como vías fundamentales de la democracia y la justicia.

Seguimos pensando como Luis Donaldo. En el México de hoy hay lugar para todos. Esa es la razón de la política. Sólo que para cambiar el rumbo y garantizar la inclusión y convivencia de todos, necesitamos un nuevo timón, el que conduzca este barco que se llama México a puerto seguro.

En eso estamos, porque ya se ve la luz al final del túnel.


Muchas gracias.

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