Estoy en total desacuerdo con la actitud presidencial por su falta de sensibilidad y sentido social al vetar el decreto legislativo en apoyo a los damnificados por el cambio climático y, contrario a la postura de Felipe Calderón Hinojosa, aseguró que sí existen recursos para auxiliar a los productores del agro del país.
Ante el representante del Presidente de la República, Abelardo Escobar Prieto, secretario de Reforma Agraria (SRA) y en la conmemoración de la Ley del 6 de Enero de 1915, reaccioné así por el veto de la administración de Calderón Hinojosa al Decreto Legislativo que crea un Fondo por 10 mil millones de pesos para los afectados por las contingencias climáticas, lo que implica, golpear nuevamente a los más débiles y minimizar las acciones de desarrollo rural.
En el puerto de Veracruz, acompañado por el dirigente del Partido Revolucionario Institucional, Pedro Joaquín Coldwell; y el gobernador de la entidad, Javier Duarte de Ochoa, entre otras personalidades, consideré que las gentes del campo y las 22 entidades federativas que han sufrido los estragos en el 2011, nos sentimos profundamente agraviados y ofendidos.
Los argumentos del Presidente para echar abajo esta decisión de un Poder Legislativo, son frívolos y vergonzosos, como decir que se actuaría de manera irresponsable para sacarse de la manga esa cantidad de dinero.
Nosotros en cambio, respondió al señor presidente, sabemos que los subejercicios son una buena fuente para ir al rescate, pues de acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación de 2009, superan los 300 mil millones de pesos y van a parar a la Tesorería de la Federación, sin saber el destino final de estos recursos.
Pero si esto no bastara las reservas internacionales en divisas cerraron en 2011 con más de 142 mil millones de dólares, equivalentes a un poco más de un billón 600 mil pesos; lo que quiere decir que con un “pellizco” de apenas el .06 de esa cantidad, se puede conformar el fondo.
Las reservas deben servir para atender esas emergencias, puesto que se está viviendo actualmente una tragedia nacional que requiere de la inmediata respuesta del Gobierno de la República.
Es salomónica la respuesta presidencial de sólo modificar las Reglas de Operación del Fonden, ya que recibir recursos de este fondo de desastres, es el peregrinar más tortuoso que se pueden imaginar cuando hoy miles de mexicanos no tienen siquiera agua potable para beber.
Es triste y a la vez asombroso que a un mandatario no lo conmueva el hambre y la miseria de millones de mexicanos, donde los estados afectados, sus autoridades locales, les han proveído de agua potable, de cobijas, de pacas de forraje, y de despensas para contar con los alimentos mínimos para su subsistencia.
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