FUNDAMENTAL LA PARTICIPACIÓN DE 12 MILLONES DE MUJERES RURALES EN LA CRUZADA NACIONAL CONTRA EL HAMBRE


En la Confederación Nacional Campesina consideramos fundamental a la mujer rural para el triunfo de la Cruzada Nacional contra el Hambre y el combate a la pobreza. Más de 12 millones de ellas son prioridad del actual gobierno para sacarlas de la marginación, pobreza y desempleo en que las dejaron las administraciones panistas que se olvidaron del campo.

Previo a la celebración este ocho de marzo del Día Internacional de la Mujer, expreso mi reconocimiento y homenaje a las millones de mujeres campesinas que día a día luchan por llevar el alimento a sus familias, cohesionar el tejido social, preservar el sentido de pertenencia de sus comunidades y ser factor de unidad familiar.

Para la CNC las mujeres son activos permanentes que rompen con tabúes y mitos legitimando sus aspiraciones a ocupar cargos de liderazgo en nuestra organización. Las mujeres que viven en el área rural del país, son las más golpeadas, junto con sus hijos por la carestía alimentaria, lo que repercute en una mayor discriminación hacia ellas.

En la CNC seguiremos en la lucha por todo el país para reivindicar los derechos de las mujeres rurales, que en su mayoría se enfrentan a la pobreza y al desempleo.  

Reconozco el trabajo de la mujer rural en sus hogares y en las tareas productivas del agro, sobre todo por el hecho de que los insumos del campo se han elevado en más de un 50 por ciento en los últimos meses y que, al mismo tiempo, en algunos lugares del país el kilo de tortilla se venda ya hasta en 16 pesos, lo que refleja una carestía sin freno que se repite con la carne, derivados de la leche y en las oleaginosas.

Es injusto que más de 900 mil madres campesinas se vean obligadas a fungir como jefas de familia, debido principalmente a que los padres dejan a sus mujeres e hijos en la orfandad, ya que emigran en busca de oportunidades de trabajo a las ciudades o hacia Estados Unidos.

Esto agrava las condiciones económicas familiares y se refleja en el detrimento de la alimentación, salud, educación, vivienda, producción agrícola y relaciones laborales de las familias campesinas.

Según datos oficiales, el 37.7 por ciento de las mujeres con hasta 24 años padecen pobreza  alimentaria en el medio rural; de 25  a  44 años, el porcentaje es de 34.8 por ciento; de 45  a 64 años es de 31.1 por ciento y de 65 en adelante 32.2 por ciento.

Al reconocer la aportación de las campesinas en la economía familiar, su lealtad y compromiso con su grupo se refleja en el hecho de que en los últimos 20 años, la población económicamente activa femenina creció en 261 por ciento, mientras que la masculina se elevó en sólo 104 por ciento.

Sin embargo, su incorporación al mercado laboral no ha generado para ellas una mejoría en sus condiciones de vida, ya que sus ingresos son sólo para sobrevivir.

Repruebo totalmente que más de un millón de campesinas que se emplean en las maquiladoras sufran constantes violaciones a sus derechos humanos, y que sólo una cuarta parte de las 300 mil unidades de producción rural, cuenta con superficies exclusivas para mujeres.

En este sentido, considero necesario revisar la política en materia de derechos agrarios, ya que menos de 600 mil mujeres poseen certificados o títulos de propiedad en un universo de 6 millones de hectáreas; es decir, menos de 10 por ciento del total.

Es hora de que la sociedad mexicana valore la aportación de las  mujeres del sector rural al desarrollo económico del país y esto se refleje en una mejoría en sus ingresos.   

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