La herencia de los gobiernos panistas es un campo devastado y millones de familias rurales en el desamparo, pero, ese lado obscuro y sin rumbo que se vivió durante 12 años está por terminar a partir del próximo primero de diciembre.
Los campesinos de México ven con optimismo y esperanza que Enrique Peña Nieto, como presidente de la República, hará del campo una de sus prioridades de Gobierno.
De esta forma, no habrá más indolencias y desatinos para el sector ni actitudes insensibles e irresponsables para atender al campo mexicano; tampoco vetos y posturas retardatarias del Gobierno Federal para procurar recursos extraordinarios que atiendan situaciones como la de la sequía, que lamentablemente han padecido 26 estados afectados.
Ciertamente que el panorama actual es desolador como lo muestran los indicadores del sexto informe de gobierno: Los precios de bienes básicos se disparan, el Producto Interno Bruto Agropecuario se estanca, la pobreza extrema crece, y sin embargo nos sonríe el porvenir
Lleve a cabo una gira de trabajo por los estados de Quintana Roo y de Tamaulipas. En la primera entidad encabecé el cambio de dirigencia en la Liga de la CNC a cargo ahora de José Alfredo Ramos Tescum, en tanto que en el estado norteño estuvo en el 86 aniversario de la Liga que preside Juan Báez.
El “voto verde”, tradujo, es al mismo tiempo una llamada de atención que hace nuestra gente para concretar la Reforma Profunda al Campo, que significa impulsar su transformación haciéndolo más productivo, más competitivo y realizando una combate frontal a la desigualdad social.
Las políticas erráticas y contraproducentes del gobierno federal de derecha que, incluso, ha querido desaparecer la agricultura por contrato, no lograron que los campesinos se doblegaran en el sexenio que, afortunadamente, está por terminar.
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