Hoy hago extensiva mi preocupación por no contar México con una reserva de alimentos, justo cuando se agudiza la escasez de estos en el mundo por la sequía en Estados Unidos.
Pero lo más grave, y que resulta como una bofetada gubernamental para los millones de familias campesinas mexicanas que viven en desgracia, es que apenas la semana pasada a iniciativa del presidente Obama de los Estados Unidos, la Cámara de Representantes aprobó una partida extraordinaria por más de 40 mil millones de pesos para atender los estragos de la sequía en el vecino del norte. Casi 200 por ciento más de lo que aprobó nuestro Congreso y que hasta ahora, de manera inaudita, no tiene respuesta.
Mientras en Estados Unidos se apoya a los productores en México se les discrimina, y que no sólo este régimen panista tiene abandonado al agro mexicano, sino que con su insensibilidad para atender la sequía y su secuela, la situación se ha agudizado y la reconstrucción del campo será mayúscula.
Tras de advertir que la carestía sin precedente en los alimentos continuará en las próximas semanas y que subirán más de precio la tortilla, el huevo, pollo, pan, aceite, frijol y la carne, entre otros, pedimos al Gobierno Federal tomar previsiones ante el riesgo de una escasez de los mismos en país.
El asunto es que la sequía también provocó que cayera la producción de trigo y soya a nivel mundial, al grado de que el precio internacional del maíz se ha incrementado 100 por ciento en los últimos meses, en tanto que la demanda de estos granos crece sin precedentes en naciones como China y la India.
Con tal panorama, en estos momentos resulta utópica la creación de reservas alimentarias en México para enfrentar el próximo desabasto de alimentos básicos, cuando la misma Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) alertó de esta situación a todos los ´países, incluyendo a México, de esta situación.
Cuando los granos básicos suben de precio generan alzas en todos los productos que se derivan de estos, por lo que es de vital importancia atender el problema que afecta nutricionalmente a millones de mexicanos y dejan en riesgo de hambruna a los más pobres del país, pues actualmente adquirir la canasta básica alimentaria es un lujo de pocos ya que es casi general entre obreros y campesinos que no todos consumen ni siquiera el 50 por ciento de la misma.
México es en la actualidad el segundo país importador de alimentos en el mundo y que está considerado por la FAO como un una nación que necesita ayuda alimentaria externa, situación en la que también se encuentran 28 naciones africanas.
Lo paradójico es que México está importando maíz blanco de Sudáfrica, frijol de Perú, Leche de Nueva Zelanda, frutas de Chile, maíz amarillo, soya, huevo y pollo de Estados Unidos. De esta forma el Gobierno subsidia a productores del extranjero, mientras tiene abandonados a su suerte a los mexicanos negándoles apoyos para sus cultivos.
Repruebo que el Gobierno que se acaba haya rechazado todas las propuestas para apoyar al campo, lo que habría evitado los problemas de seguridad nacional que ahora afectan a toda la población.
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