POR CARESTÍA, AMARGA NAVIDAD


En la Confederación Nacional Campesina acusamos a los intermediarios y grandes tiendas departamentales de que a unos días de que se celebre la Navidad y el Año Nuevo millones de mexicanos enfrenten crecientes incrementos de precios hasta del 50 por ciento en la carne de pavo, cerdo y res, lo que provoca que las tradicionales cenas decembrinas sean un lujo del que gozan unos cuantos privilegiados.

De acuerdo con dirigentes de las Ligas de Comunidades Agrarias y de las Ramas de Producción cenecistas, el precio del pavo o guajolote registra un incremento del 30 por ciento con relación al año pasado, además de que se estima se ha importado para esta temporada más de un millón de aves, principalmente de Chile y Estados Unidos, lo que equivale al 49 por ciento del consumo nacional, que es de 2 millones 828 mil.

La industria nacional del pavo ha sido incapaz de competir con otros países, entre otras causas porque los costos de producción son 35 por ciento mayores, y, en consecuencia, su producción ha caído en un 24 por ciento con respecto a  los años anteriores.
En cuanto a la carne de cerdo, la organización campesina que tengo el placer de encabezar, comprobó a través de un recorrido por centrales de venta que su precio está 20 por ciento más caro; en tanto que la carne de res se compra hasta en 100 pesos el kilogramo.

Al finalizar el año, los tradicionales romeritos registran un desplome en sus ventas que ha obligado a los campesinos dedicados a su siembra y recolección a bajar su precio.

En el caso de La Flor de Nochebuena, cuya venta también se ha desplomado, no se consigue la maceta en menos de 50 pesos cuando el año pasado se cotizaba en 30 pesos, y la realidad indica que esta planta de origen mexicano se comercializa en el mundo con patente de Estados Unidos.

Tan popular se ha vuelto esta flor mexicana en el mundo que tan sólo en el estado de Morelos se cultivan alrededor de 25 millones de macetas al año; que en el estado de México la producción se haya incrementado en los últimos siete años más de 1,250 por ciento y que la derrama económica anual supere los 30 millones de pesos, aunque lo malo es que es que por cada planta cosechada en el país se tenga que pagar una comisión a los dueños de las patentes estadounidenses.

Por lo que respecta a la industria del tequila, denunciamos que por falta de apoyos a los productores de agave la elaboración de esta bebida nacional ha quedado prácticamente en poder de empresas extranjeras.

De la industria tequilera viven más de 200 mil mexicanos quienes padecen la existencia de por lo menos de 80 marcas falsas que buscan conquistar el mercado asiático y europeo, lo que ha provocado que en la zona denominada de origen se aproveche sólo el 30 por ciento de su potencial que supera las 100 mil hectáreas, debido a la piratería de las marcas fabriles y a la cada vez mayor influencia de empresas trasnacionales. 

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