En la Confederación Nacional Campesina estamos preocupados porque, de acuerdo con las proyecciones del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), México se perfila para ser el segundo importador mundial de granos básicos y de cárnicos, principalmente res, pollo y cerdo, sólo superado por Japón, nación sin posibilidad de aumentar su producción interna.
La situación es de suma gravedad ya que actualmente el país importa más del 50 por ciento de los alimentos que demandan los mexicanos, cuando la FAO recomienda que para contar con seguridad alimentaria los países deben abastecerse internamente por lo menos en un 75 por ciento del consumo total de su población.
Ante esta realidad y la de que el sector agropecuario sufre de la volatilidad de precios, se pronunció porque la agricultura sea una prioridad en la agenda nacional para poder enfrentar los retos de la demografía, el cambio climático y el desarrollo.
Debido a lo anterior, los 86 diputados federales del sector no dejarán de insistir en que se requieren cerca de 55 mil millones de pesos más para mantener en términos reales el Presupuesto Rural 2012 ;para este año se aprobaron alrededor de 294 mil 500 millones de pesos y que el incremento que se demanda representa dos y media veces de lo conseguido históricamente en promedio en los últimos 8 años.
Para asegurar la alimentación de los más de 110 millones de mexicanos se necesita contar con una real política de Estado hacia el campo, a fin de reconstruir a las instituciones rurales desmanteladas por el neoliberalismo económico en los recientes 25 años.
Al recibir un estudio sobre el Sistema Nacional de Aseguramiento en el medio Rural, encontré que en los últimos 24 meses se han agravado las pérdidas de cosechas por eventos climáticos como son las heladas extremas, lluvias intensas y huracanes que en 2011 afectaron a Sinaloa, Sonora y Nayarit; el norte de Tamaulipas; Hidalgo, Tlaxcala, estado de México y Puebla; así como a Chihuahua, Durango, Zacatecas, Aguascalientes y Guanajuato.
Para enfrentar el alto riesgo que significan los efectos del cambio climático en el sector rural, se ha propuesto a la Cámara de Diputados crear un Fondo de Desastres Agropecuarios, Forestales, Pesqueros y Acuícolas con el objetivo de que el productor no sólo recupere su inversión, sino que esté en condiciones de seguir sembrado.
En este sentido, según la International Food Policy Research Institute, se proyecta para el año 2050 que México sufrirá una caída porcentual en la producción de trigo hasta del 19 por ciento y, en el caso del maíz de 17 por ciento, debido a que el calentamiento global pegará muy fuerte en México, después del sur de África y el noroeste de Brasil.
Actualmente la zona centro y norte del país destacan por la fuerte y prolongada sequía, al mismo tiempo de que nos encontramos en una de las dos regiones más expuestas del mundo a los huracanes, situación que impacta en la multiplicación de los desastres naturales e importaciones de alimentos que rondan ya en los casi 25 mil millones de dólares anuales.
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