En La Confederación Nacional Campesina lamentamos que al conmemorarse hoy el Día Mundial de la Alimentación, más de 28 millones de mexicanos padezcan hambre y que alrededor del 46 por ciento de la población se encuentra desnutrida.
La gravedad del asunto radica en que, de acuerdo con la FAO (Organismo de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), el tiempo de los alimentos baratos ha llegado a su fin, por lo que se espera que seguirá la carestía de los mismos con el consiguiente aumento de la pobreza en México y en el mundo.
Ante esta realidad, nos pronunciamos por acatar las recomendaciones de la propia FAO que consisten en construir reservas alimentarias de emergencia en el país; ayudar a los consumidores pobres fortaleciendo la red de tiendas Diconsa y ayudar a los productores mediante insumos como el fertilizante y las semillas.
Pero sobre todo, se requiere concientizar a las autoridades y a todos los integrantes de la Cámara de Diputados para que el presupuesto rural 2012, enmarcado dentro del Programa Especial Concurrente (PEC), sea justo y por lo menos de 350 mil millones de pesos, 55 mil millones de pesos más a los 294 mil 500 millones que se aprobaron a 2011, pues sólo así se mantendrá igual en términos reales.
De Acuerdo al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) se ubican a 28 millones de mexicanos en pobreza alimentaria, pero a 52 millones como pobres a secas, que son los que a final de cuantas carecen de ingresos para bien comer, situación que se repite en otros países, de ahí que el tema de la FAO para la fecha que se conmemora sea “Precios de los Alimentos: de la crisis a la estabilidad”.
Lo peor es que países importadores de alimentos, como México, se encuentran amenazados por los repuntes de los precios, haciendo que les resulte más caro alimentar a la población. El país compra al extranjero alrededor del 50 por ciento de lo que se consume, principalmente maíz, arroz, trigo, soya; carnes y leche.
Por lo menos 15 millones de mexicanos sobreviven con menos de un dólar al día y que, según la misma FAO, junto a otros se ven obligados a saltarse una comida a causa del aumento de precio de los alimentos.
En los 30 años transcurridos desde 1980 hasta la fecha, la proporción de la asistencia oficial para el desarrollo destinada por los países de la OCDE a la agricultura ha disminuido un 43 por ciento. Y es probable que la financiación insuficiente y continua sea la principal causa de los problemas a los que nos enfrentamos hoy en día.
Al menos en 20 países se han registrado disturbios relacionados con la falta de alimentos; es necesario que las autoridades reflexionen sobre esta situación y comprendan la importancia que tiene el apoyar a los productores y dar prioridad en su política a la agricultura nacional.
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